J MICHAEL WALLER / WASHINGTON. D.C. ABRIL 21, 2006 (THE DALLAS MORNING NEWS).- México tiene una idea radical para una política racional de inmigración que encantaría a la mayoría de los estadounidenses. Pero los funcionarios mexicanos no han compartido la idea con nosotros mientras presionan para que el Congreso de Estados Unidos adopte el proyecto de ley de reforma de la migración McCain-Kennedy.

Eso es muy malo, ya que México, que al año deporta más extranjeros ilegales que Estados Unidos, tiene mucho que enseñarnos respecto a cómo manejar la inmigración; de acuerdo a la ley mexicana, es un crimen ser un extranjero ilegal.

Mientras la Suprema Corte y los políticos de Estados Unidos buscan alinear la ley estadounidense con las normas legales extranjeras, es notable que nadie haya discutido que Estados Unidos examine lo que México podría enseñarnos respecto a cómo resolver nuestro problema de inmigración ilegal.

México tiene una sola ley actualizada que busca asegurar que los visitantes extranjeros e inmigrantes:

Estén en el país legalmente.

Tengan los medios para mantenerse en el aspecto económico.

No estén destinados a ser una carga para la sociedad.

Sean de beneficio económico y social para la sociedad.

Sean de buena reputación, sin antecedentes criminales.


• La ley busca asegurar que:

- Las autoridades de inmigración tengan un registro de cada visitante extranjero.

- Los visitantes extranjeros no violen su tipo de visa.

- Se prohíbe a los visitantes extranjeros interferir en la política interna del país.

- Se encarcela o deporta a los visitantes extranjeros que entran bajo falsas pretensiones.

- Se encarcela o deporta a los visitantes extranjeros que violan los términos de su entrada.

- Se encarcela a cualquiera que ayude a la inmigración ilegal.


¿Quién estaría en desacuerdo con esa ley?


La constitución mexicana define con rigidez los derechos de los ciudadanos y la negación de muchos derechos a quienes no son ciudadanos.

La Ley General de Población, que expresa la política de inmigración del país, debería causar que los estadounidenses se pregunten: ¿Por qué nuestro vecino del sur nos presiona para suavizar nuestras leyes y políticas de inmigración cuando sus restricciones de inmigración son las más duras del continente?
Si un delito mayor se castiga con más de un año en prisión, la ley mexicana convierte en delito mayor el ser un extranjero ilegal en México. Sin embargo, si Estados Unidos adoptara una ley así, sin duda México lo denunciaría como una manifestación de intolerancia estadounidense.