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Leyes migratorias actuales dividen a la familia Piedra



Por Equipo uniderecho.com

Publicado en junio 16, 2006

Leyes migratorias actuales dividen a la familia Piedra

La mayoría de la gente que ve la vida de Jessica Piedra pensarían tiene suficiente de qué preocuparse. Las leyes de inmigración dividieron su familia cuando su esposo tuvo que regresar a México, ella es madre de dos hijos, un niño de ocho años y una niña de tres años de edad y ahora está manteniendo sola a su familia y encima de eso es estudiante de leyes en UMKC. Eso es algo difícil para cualquiera, pero para Piedra, sus luchas no la han abrumado. En cambio, ella se ha inspirado para ayudar a otros. Su lista de contribuciones y compromisos es impresionante. Piedra es presidenta de la Asociación de Estudiantes Hispanos de Leyes de UMKC, la cual proporciona apoyo académico y social para los estudiantes hispanos. También es miembro del Comité de la Facultad de Leyes de UMKC en Inclusión y Fortalecimiento. Ayudó a fundar la Coalición para Acceso Equitativo para la Educación. Participa con la Coalición de Organizaciones Hispanas donde organizó a conferencistas para paneles legales para acercarse a los nuevos inmigrantes. Ayudó a planear la Cumbre de Derechos Civiles Latinos y es socia de la Red Cross Border para Justicia y Solidaridad.
Por todos sus esfuerzos, la Asociación de Abogadas premió a Jessica Piedra con una beca especial en el mes de abril.
“Se siente maravilloso ser reconocida, principalmente porque pude contarle a toda una sala sobre mi situación y dar más conciencia”, comentó Piedra.

Su historia empezó cuando conoció a su esposo en la iglesia a la que los dos asistían. Se enamoraron y se casaron aunque él estaba en EE.UU. sin una visa para trabajar. Como estudiante de leyes estudiando inmigración global, ella sabía antes de casarse con él que la situación sería difícil. “Por lo menos supe en lo que me estaba involucrando cuando conocí a mi esposo”, dijo ella. Ella no pudo solicitarle un permiso de trabajo de la manera usual, lo cual le habría dado una residencia legal en unos meses. Ellos iniciaron el proceso haciendo la solicitud en la oficina de inmigración en Nebraska y esperaron por dos años la respuesta de esa oficina. Durante ese tiempo él no tenía protección y podía ser deportado en cualquier momento. Después tuvo que solicitar su visa mediante el consulado en México. Él estaba contento de visitar México otra vez, pero tan pronto como dejó EE.UU., una prohibición de diez años le impidió volver a entrar. Su visa fue aprobada en el consulado, pero a menos que se apruebe la apelación de la familia de que se elimine la prohibición de diez años, quizás ellos estén separados por una década. Piedra piensa que las apelaciones serán aprobadas, pero aún así, la familia ya ha estado separada por seis meses. Su hija de tres años de edad tendría 13 años antes de que pueda vivir otra vez con su padre si sigue la prohibición. El esposo de Piedra había sido el proveedor principal para la familia mientras ella estudiaba en la facultad de leyes.
Ahora ella le envía dinero a él mientras vive con su familia en Cuernavaca, México. “Quizá tenga que dejar la escuela de derecho si él no puede regresar, lo cual arruinaría mi carrera y nos colocaría en una dificultad financiera extrema porque todavía tengo préstamos y los tendría que pagar”, informó.

Piedra comparte su historia siempre que tiene la oportunidad y quiere informar sobre la manera en que el sistema de inmigración está afectando no solamente a los inmigrantes, sino también a las familias de ciudadanos norteamericanos. Ella habló frente a miles el 10 de abril en Kansas City, Kansas, así como en un mitin en Topeka. “Solamente trato de hablar individualmente con el mayor número de ciudadanos norteamericanos para hacerles saber, porque piensan que puedes obtener una tarjeta verde el día de tu boda. Ellos no saben lo complicado que es el proceso”, concluyó.