LISBOA, 21 (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Patricia Ferro)

Los hijos de inmigrantes nacidos en Portugal que quieran adquirir la nacionalidad portuguesa podrán hacerlo a partir del próximo 11 de julio, fecha en la que entra en vigor la nueva Ley de Nacionalidad, según se publicó esta semana en el 'Diario de la República', y que es calificada por el Gobierno socialista como 'un paso importante contra la exclusión'.

Hasta ahora los niños nacidos en Portugal de padres extranjeros no tenían derecho a la nacionalidad portuguesa, a pesar de que en muchos casos no hablan más que esa lengua y no conocen ningún otro país, ya que el régimen vigente no considera el lugar de nacimiento de los niños, solamente el origen de sus padres. Ahora, a partir del 11 de julio, si su progenitor está desde hace al menos 5 años en situación legal en el país podrán solicitarla.

La tercera generación de inmigrantes será la más beneficiada por esta ley, según las asociaciones de inmigrantes, ya que éstos podrán adquirir la nacionalidad si uno de sus progenitores nació en Portugal. También los extranjeros que vivan en unión de hecho durante más de tres años con un portugués podrán adquirirla, después de solicitar a un tribunal civil que reconozca esa situación.

En esta nueva ley también están incluidos los nietos de los portugueses nacidos en el extranjero, ya que hasta ahora solamente tenían derecho a la nacionalidad los hijos de esos emigrantes. Esto favorecerá a esa numerosa tercera generación de emigrantes que se encuentra sobre todo en la ex colonias portuguesas, tanto en África como en Brasil, pero también a los que emigraron a Argentina o Venezuela.

Hasta ahora para obtener la nacionalidad portuguesa eran necesario seis años de residencia legal en el país para los ciudadanos de las antiguas colonias, Angola, Brasil, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental, así como para los nacidos durante la administración lusa (hasta 1961) en los territorios indios de Goa, Diu y Damao y del enclave de Macao, que pasó a manos de China en 1999. Para el resto de los extranjeros ese proceso requería 10 años de residencia legal.

La nueva ley, aprobada por el partido socialista, termina con esas diferencias, y a partir del 11 de julio cualquier inmigrante podrá solicitar la nacionalidad tras seis años de residencia. Esto beneficiará sobre todo a los más de 100.000 trabajadores ucranianos que trabajan en Portugal, la segunda comunidad más numerosa después de los brasileños, que se calcula deben superar los 120.000, en un país de 10,2 millones de portugueses como es Portugal y que se estima tiene 600.000 extranjeros.