Si me para un agente por conducir con tres cervezas en el cuerpo, le diré: retíreme usted el carnet, que esta noche voy a dormir a pierna suelta y con la conciencia tranquila. Las carreteras y los coches actuales están preparados para circular a más velocidad de la permitida. Eso no quita que un pinchazo a 180 km/h sea una pérdida segura del control del automóvil con posibilidad de muerte. Siempre llevo el cinturón de seguridad, pero si no lo llevase no me sentiría un suicida.

Todo esto parece una tontería pero luego te encuentras una joven que dice que hace bien en tomar anticonceptivos porque se los receta el médico. Me río de la moral de una persona que recibe en su hospital a una joven con excelente salud y embarazo modélico y la despide con el futuro niño descuartizado.

Yo suelo cumplir las leyes, pero no tienen porque coincidir con la conciencia, y está última es más importante.